Un hombre con aparentes alteraciones conductuales mató de una estocada a un empleado mecánico de Empresas León Jiménez en Santiago, en un presunto arranque de violencia.Francisco Antonio Arias de 56 años, murió minutos después de haber recibido el ataque mortal de quien según los parientes, padecía de trastornos psiquiátricos y a quien trataban con familiaridad y confianza, en el sector El Ingenio Arriba al Oeste de Santiago.
'' El era disque loco, todo el mundo lo conocía de loco'' Afirmaban en el sector, familiares y amigos de Arias, un hombre ecuánime que siempre le dió de comer a su agresor y su familia.
Sin aparentes causas, Chichi atacó a su vecino, cuando estaba sentado en una silla frente a la casa.
Esta condición social en que viven decenas de personas en las calles de Santiago, no tiene como calificativo inicial la violencia, ''pues son escasos los casos de agredidos por enfermos mentales que manejamos''.
La afirmación la hizo el psiquiatra Mirlán de los Santos, Director del Departamento de Salud Mental del Hospital José María Cabral y Báez, quien en cambio atribuye esa actitud de violencia a personas en su sano juicio o '' normales''.
De los Santos, apunta que muchos tipos de trastornos como esquizofrenia o demencia podrían ser hereditarios. Unos tres miembros de la familia acusada, padece de algún tipo de '' locura'' como se acostumbra a denominar un desequilibrio mental.
Es un deber de la población denunciar cuando un caso de este tipo se presenta en una familia o comunidad para que pueda ser atendido.
No es responsabilidad de Salud Pública controlar la cantidad de personas con deficiencias mentales o psiquiátricos que deambulan por las esquinas, pues la institución no puede lastimar el derecho a la libertad de las personas, cuando deciden, no siempre porque padezcan trastornos o no, vivir en la calle, en condiciones de mendigos, aclaró el experto.
Dijo esperar que si una familia o población conoce de una persona con estos problemas lo denuncie a la unidad de Salud Mental más cercana, para que la entidad actúe en consecuencia.
La unidad de Salud Mental del Cabral y Báez, solo cuenta con 20 camas para una población que se extiende a nivel de toda la Región Norcentral, lo que De los Santos estima como insuficiente.
En este departamento hay alrededor de 7 psiquiatras que prestan sus servicios y en las demás unidades ubicadas en San Francisco de Macorís y Salcedo, solo se ofrecen atenciones ambulatorias, no de internamiento.
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